Recarga Lampe Fleur de Nymphéa

Santificado en la antigüedad, santificado por los religiosos, venerado por las artes y los artistas, el nenúfar es la flor de lo excepcional y lo sublime. ¿Cómo no ceder a este deseo de voluptuosidad, a este vuelo olfativo que ofrece Maison Berger Paris y su Perfume Maison Fleur de Nymphéa? El despertar de los sentidos comienza con algunas notas cítricas: un comienzo fresco de bergamota sutilmente condimentado con menta y pimienta. Con la mente así abierta de par en par, la conciencia despierta, la serenidad puede establecerse. Enclavado en el corazón de un ramo floral ligero y aireado, el nenúfar se revela, todo puro y elegante. Los aromas acuáticos se abandonan luego sobre un fondo de cedro blanco, aromas tiernos y sutilmente polvorientos. El secreto perfumado Rara vez una flor ha sido sagrada por tantas civilizaciones. Se dice que el nenúfar, también conocido como loto, una de las flores más antiguas registradas en la Tierra, toma su nombre de la ninfa que murió de su amor por Hércules y que fue transformada en una flor eterna por este último. A menos que ella haya nacido de un tumulto entre la Estrella del Pastor y la Estrella Polar que ocurrió hace miles de años en el cielo de la India. De todos modos, para todos, el nenúfar es un símbolo de pureza, serenidad y renacimiento. Omnipresente en los grabados orientales, asociada sistemáticamente a las representaciones de Buda, la flor divina está en el centro de la obra de Monet, que la pintó unas 250 veces.